El coqueto pueblo de Warwick vive a la sombra de su castillo, una fortaleza medieval que ha sido testigo de gran parte de la historia de Inglaterra y del Reino Unido. El castillo de Warwick es majestuoso, precioso y un herencia de un tiempo que ya no volverá. Aprovechando una escapada a Birmingham me acerqué a verlo… y me encantó.
La industrialización, la II Guerra Mundial y el progreso borraron parte de la historia de Birmingham. Pero las afueras de la ciudad, en el condado de Warwickshire, están plagadas de rincones en los que parece que el tiempo se haya congelado. Warwick es uno de los mejores ejemplos.
Este pueblecito (por mucho que sea capital de su comarca, sigue siendo pequeño) rebosa de edificios de la época Tudor pero si por algo es conocido es por su castillo: el castillo de Warwick. Con torres, almenas, piedra de color vainilla y a orillas del río Avon no podría ser más pintoresco. Hoy el Castillo de Warwick es una de las atracciones turísticas más visitadas del Reino Unido, uno de los mejores castillos de Inglaterra y la excusa perfecta para visitar esta región tan verde de la campiña inglesa.
A pesar de que sus propietarios lo han convertido en una especie de parque temático de la Edad Media con un punto kitsch, la visita no me decepcionó. Pisar el hogar del conde de Warwick, el “Hacedor de Reyes” (“KIngmaker” en inglés) era algo que hacía tiempo que quería hacer… Quizás esperaba entender a este hombre que hizo de las intrigas políticas y la lucha por el poder su modo de vida. Quizás me emocionaba imaginar a Ricardo III en estos dominios. Por un motivo o por otro, adentrarme en las mazmorras, subir a la torres, pasear por las almenas y admirar el paisaje fue algo que nunca olvidaré.
El Castillo de Warwick hunde sus raíces en una aldea anglosajona del siglo X en una colina en una curva del río Avon sobre la que el rey Guillermo el Conquistador levantó una fortificación en 1068. Un siglo más tarde, el lugar se reconstruyó con piedra y desde entonces ha sufrido varias ampliaciones, modificaciones y reconstrucciones.

Esta fortaleza medieval ha sido el símbolo del poder de los Condes de Warwick desde que le fue concedido el título a Henry de Beaumont. El más célebre de la estirpe fue “El hacedor de reyes”. Richard Neville se ganó este sobrenombre a pulso por sus intrigas por el poder durante la Guerra de las Dos Rosas, un conflicto entre dos familias nobles que se disputaban el trono en una trama que parece haber inspirado parte de la historia de la saga “Canción de Hielo y Fuego” de George R. R. Martin.
En la lucha de poder entre los York y los Lancaster (posteriormente Tudor), el Conde de Warwick cambió de bando varias veces, secuestró a reyes, intentó gobernar en su nombre y se creyó capaz de sentar en el trono a quién él quisiera (ya fuera Eduardo IV de York, su hermano Jorge el duque de Clarence o los lancastrianos Enrique VI o su hijo Eduardo, Príncipe de Gales). Conspiró, engañó, traicionó y todo por el poder…
Richard Neville, “The Kingmaker” vivió aquí con su mujer y sus dos hijas. Y precisamente fue aquí donde se preparó para la batalla de Barnet, en la que fue derrotado y perdió la vida. A él le han dedicado varios espacios llenos de maniquís en los que es explica cómo debía ser la vida en un castillo medieval en tiempos de guerra. Muy interesante, aunque las figuras daban un poco de grima. La mazmorra está al lado… y todavía da más repelús porque conserva los grafitis originales de algunos de sus prisioneros.
Lo cierto es que el castillo de Warwick parece de cuento de hadas. Con sus torres almenadas y murallas circundantes, dar una vuelta y subir incontables escaleras forma parte de la experiencia. La torre de César, la de Guy, las del Oso (en las que se hacían peleas de osos) y de Clarence… Las vistas son espectaculares y dominan el paisaje. Mis favoritas son las que se ven desde el Montículo de Ethelfleda, que da al río Avon.

Pero no todo son piedras y vistas en el castillo de Warwick. Pasear por las grandiosas y lujosas habitaciones de estado, el magnífico Gran Salón o la capilla privada del Conde es más que interesante, además de una buena aproximación a un estilo de vida que ya no existe. Al igual que en otra ala de la fortaleza se recrea la vida de los nobles durante la época Victoriana.
En los años 1960 la familia lo vendió a la empresa Tussauds Group, la misma de los famosos museos de cera que me niego a pisar por horteras. Su toque se nota en el castillo de Warwick por la profusión de montajes con maniquís… y porque en algunas de las dependencias hay atracciones que se pagan aparte como una de terror que representa una mazmorra o otra que recrea la Torre de Merlín. Y también han llenado el espacio de talleres y demostraciones medievales. Pese a lo turístico del lugar, si te gusta la historia, no te lo pierdas.
Antes de irte, date una vuelta por sus preciosos jardines, pasea junto al río Avon y maravíllate con el molino. Hay tanto por ver y por hacer que es más que recomendable llevarse la comida para hacer un picnic en el césped.
Información práctica para visitar el castillo de Warwick
- Página web oficial: https://www.warwick-castle.com/
- Precio: de 7.43£ a 19.80£. Si se compran online con antelación son más baratas.
- Horario: a partir de las 10 de la mañana, el cierre depende de la época del año pero en verano es a las 18h.
Cómo llegar al castillo de Warwick:
- En coche, está muy cerca de Birmingham. Hay que pagar por aparcar (entre 6 y 10£).
- En tren: la estación de Warwick está a 1 milla del castillo, y se puede acceder a pie. Hay trenes desde Londres y Birmingham.
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2 comentarios en “El Castillo de Warwick, una fortaleza medieval marcada por la Guerra de las Dos Rosas”
Gracias, Patricia. Viajamos en Junio, no ha orientado y sido de mucha utilidad la información. Un saludo desde Argentina!
Un placer, Virginia. Siempre es una alegría saber que los artículos le son útiles a alguien 😉 ¡Disfrutad mucho del viaje!