Visitar una destilería de whisky (y hacer una cata, por supuesto) es una de las cosas más típicas que se pueden hacer en Escocia. Eso sí, a menudo encontrar una buena destilería sin tener que conducir mucho rato puede ser difícil. Las mejores destilerías de whisky suelen estar en parajes naturales, a las afueras de cualquier gran ciudad. Pero la de Glenkinchie te lo pone fácil si quieres hacer una cata y no tener que ponerte al volante después.
Esta pequeña destilería a las afueras de Edimburgo produce un single malt delicioso y bastante suave. Sus instalaciones son centenarias, la visita es interesante y la cata al final es todavía más exquisita. Pero quizás el valor añadido es que te recogen en el centro de Edimburgo y luego te llevan de vuelta, para que no tengas que preocuparte por nada más que disfrutar de la experiencia.

Aprovechando que tenía de visita a una amiga de Boston y a su marido (gran amante del whisky) me los llevé a Glenkinchie. En una mañana soleada de principios de otoño subimos al minibus de la destilería, aparcado a los pies de Calton Hill en Edimburgo, y nos pusimos en ruta. El transporte dura unos 20 minutos a través de las colinas suaves y las tierras fértiles de East Lothian.

El entorno es precioso, un arroyo discurre a los pies de la destilería y la fronda de los árboles tiembla cuando el viento la mece. Nada más poner un pie dentro, el aroma a malta lo inunda todo. La visita empieza en la exposición, un espacio interactivo en el que se desmigaja la historia de esta destilería que fundaron en 1837 los granjeros locales John y George Rate. Las vicisitudes del tiempo la afectaron pero la producción se mantiene y hasta hoy han llegado joyas de matices afrutados y dulces como el Glenkinchie de 12 años y el Distillers Edition.
La visita a la destilería completa el aperitivo que es la sala de exhibiciones… y multiplica la experiencia sensorial. Aromas, temperaturas y sensaciones se mezclan con procesos como el malteado de la cebada, el secado de los granos, la fermentación y la destilación. Al final, entramos en la sala de barricas, un lugar donde se produce la magia del envejecimiento del whisky, que tiene que pasar allí un mínimo de 3 años. Curiosamente, en Glenkinchie además de las típicas barricas de roble provenientes de destilerías de Bourbon americanas también usan algunos de segunda mano de Jerez.

Y, al final de todo, como la guinda al pastel, llega la cata. Si pagas por el tour básico podrás catar dos whiskys, un Glenkinchie y otro que tú elijas… Si te apetece una experiencia algo más pro, por 4 libras más tienes el Flavour of Scotland, que incluye 4 tipos de whisky diferentes. Hagas lo que hagas, seguro que sales con una sonrisa en la cara. Y si te da sueño, piensa que siempre podrás echar una cabezadita en el bus de vuelta a Edimburgo.


Visita a la Whisky Experience en Edimburgo
Información práctica para visitar la destilería de whisky de Glenkinchie
Precios: 20£ (tour + bus desde el centro de Edimburgo), 24£ (tour Flavour of Scotland + bus). Sólo la visita: Glenkinchie Tour (8£ – 3£, niños); Flavour of Scotland Tour (12£).
Dirección: Glenkinchie Distillery, Pencaitland, Tranent, East Lothian, EH34 5ET
Cómo ir a la destilería de Glenkinchie: en coche o con los minibuses que ellos ponen. El transporte público hasta Pencaitland te deja a unos 3 kilómetros, así que a no ser que te pilles un taxi, está algo lejos.
Teléfono: +34 (0) 1875 342 012
Email: glenkinchie.distillery@diageo.com
Página web oficial de la Destilería de Glenkinchie
Horarios:
- De Enero a Marzo: 10 – 16h (de lunes a sábado), 12 – 16h (domingos). Último tour a las 15h.
- De abril a octubre: 10 – 17h (de lunes a sábado), 11 – 17h (domingos). Último tour a las 16h.
- De noviembre a diciembre: 10 – 16h (de lunes a sábado), 11 – 16h (domingos). Último tour a las 15h.
Y tú, ¿has visitado alguna destilería de whisky? Recomiéndame alguna y comparte tu experiencia.
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