Siempre que viajo me topo de bruces con algún rincón que me seduce. En Belfast, después de 12 años de no pisarla, uno de mis lugares favoritos fue también uno de esos con los que te tropiezas de casualidad. A simple vista, Commercial Court es un callejón empedrado más. Pero si te adentras en él, te llevarás más de una sorpresa agradable.
Después de haber explorado los barrios católicos y protestantes de Belfast en un tour en taxi, por la noche me acerqué al Cathedral Quarter, la zona donde está la movida norirlandesa por excelencia. Me lo había recomendado el taxista y valga decir que, como siempre, el consejo de un lugareño da en el clavo.
Buscando algún lugar en el que tomar algo acabé en esta callejuela casi escondida pero llena de luz y de vida. Gente en la calle tomando algo, bares, música y muchísimos murales increíbles le dan un toque de lo más auténtico. Belfast es un sitio excelente para ver arte urbano, y no sólo relacionado con la violencia sectaria. Y si no me crees, adéntrate en Commercial Street y luego me lo cuentas.
El antiguo corazón comercial de Belfast, esta pequeña calle hoy rinde homenaje con unos paneles informativos a la alfarería, los mercaderes de whisky y la vieja herrería que un día ocuparon el lugar. Siglos más tarde fue la prensa la que se estableció entre estas paredes estrechas. Hoy, sin embargo, Commercial Court es el hogar de dos pubs históricos y de un conjunto de murales preciosos.
El Duke of York es toda una institución en Belfast y uno de los mejores lugares en los que tomarse una pinta en la capital de Irlanda del Norte. Organizan conciertos de música en directo y el buen ambiente se extiende a toda la zona, bajo las lucecitas que cuelgan. Al lado está el Dark Horse, una cafetería llena de encanto decadente y muy acogedora. Si tienes sed y necesitas darle un respiro a tus pies, cualquiera de los dos es una buena opción.
Antes o después, asegúrate de tomarte el tiempo de admirar un conjunto de murales espectacular. Están por todas partes, desde la cara de Dalí al rostro de algunos de los músicos más reputados que ha dado Irlanda del Norte. Pero si hay unos que destacan son los que se esconden en una especie de patio interior que, por la noche, se llena de centenares de luces rojas.
Mientras que algunos detallan aspectos de la vida cotidiana de Belfast, otros retratan a personalidades locales o sencillamente repasan algunos de los momentos álgidos de la historia del cine. Es todo un reto intentar identificar a los 50 personajes que componen el mural de Kathryn Bannister dedicado al popular pub Mary McBride’s en la Costa de Antrim. Mucho más sencillo es averiguar las películas del cine en blanco y negro homenajeadas en la pintura de Ciaran Gallagher.
Por no hablar de la profusión de personalidades y famosos que pueblan los dos murales que hay a la entrada de este patio interior en Commercial Court. Pintados por Danny Devenney y Marty Lyons en 2010, retratan desde John Lennon hasta Bob Dylan. Busca a The Edge de U2, al actor Liam Neeson, a Rory Gallagher, Katie Melua, Van Morrison, Sinéad O’Connor, Neil Young, Enya, Pierce Brosnan, Kenneth Branagh o Bono. Te llevará un rato, pero con una pinta en la mano seguro que te entretienes un buen rato.
El lugar me gustó tanto que volví al día siguiente, con luz del día, para hacer fotos. El dueño del Duke of York, al verme entusiasmada, entró en el pub y salió en un momento con un par de trípticos con información sobre los murales de Commercial Court y un par de posavasos conmemorativos. ¡Todo un detallazo! Y una muestra de lo majos que son los irlandeses del norte.