En el segundo día en Roma dedicamos la mañana a explorar el patrimonio arqueológico del Imperio Romano, la tarde a callejear por sus plazas barrocas y la noche a perdernos una vez más por el Trastévere, que nos robó el corazón. Un plan perfecto para descubrir la capital de Italia.
Empezamos nuestra segunda jornada romana con un desayuno estupendo en el hotel y salimos a primera hora de la mañana hacia la zona del Coliseo, el Palatino, el Foro Romano… para saciar mi sed de historia antigua (¿os he dicho alguna vez que el Imperio Romano es mi periodo histórico favorito?).
El Coliseo
Ver el Coliseo de Roma en persona era un sueño que hacía años que quería ver cumplido. Y quería vivirlo y sentirlo con la máxima tranquilidad posible… Por eso decidimos estar allí antes de que abrieran puertas.

Entramos cuando no había casi nadie y aunque muchos me habían dicho que me decepcionaría… no fue así. Me encantó. Es increíble que una estructura tan grande, compleja y preciosa haya sobrevivido más de 2.000 años. Me gustó especialmente la exposición que había por los pasillos entre las vomitoria sobre la Domus Aurea de Nerón y la construcción y funcionamiento del Coliseo de Roma. Pasear por sus pasillos, pensar cuántos millones de personas habían pasado por allí, la cantidad de espectáculos que habrían visto…

Eso sí, me quedé con las ganas de ver las plantas inferiores, las entrañas del Coliseo. Me contaron que sólo se pueden visitar contratando una visita guiada… así que ya lo sé para la próxima vez 😉
El Palatino
Con la entrada conjunta del Coliseo y el Foro Romano se puede acceder al Palatino. Por su peso histórico y su significado simbólico para los romanos, era otra visita imprescindible.

Estuvimos unas dos horas recorriendo el lugar y maravillándonos con los prodigios que nos han legado los romanos. El Monte Palatino es la colina más céntrica de las siete sobre las que se construyó Roma y es una de las partes más antiguas de la ciudad. Según la leyenda, aquí está el Lupercal, la cueva donde la loba capitolina amamantó a los gemelos Rómulo y Remo. A 40 metros sobre el Foro Romano, tiene las mejores vistas desde las alturas.

Durante la República Romana se convirtió en la residencia de los patricios y gobernantes de la ciudad, que construyeron allí palacios y jardines de los que hoy en día sólo nos podemos hacer una vaga idea. Aún así, es sobrecogedor pasear entre tanta historia. El lugar está perfectamente acondicionado y las plantas y las flores hacen de la visita una experiencia única.
IMPRESCINDIBLES: La Domus Flavia, la Casa de Livia, la Casa de Augusto y sus frescos de colores, los Jardines Farnesianos, el Hipódromo de Domiciano o el Museo Palatino.
El Foro Romano
El Foro Romano merece una entrada aparte. Es tan inmenso y está tan lleno de restos históricos que me quedaré corta. Hay que visitarlo con calma y sin prisas… y así nos lo tomamos. Fuimos paso a paso, pisando la misma calzada que pisó en su día Julio César, entramos en la casa de las Vestales, admiramos las columnas supervivientes de tantos templos… Nos empapamos del lugar y casi conseguimos ignorar la presencia de las hordas de turistas.


Circo Máximo
Cuando salimos del Foro Romano apretaba el hambre. En la zona del Coliseo no hay muchos restaurantes, la verdad… y los que hay tienen precios algo prohibitivos. Así que hicimos algo tan romano como comprarnos un panini y un refresco en un puesto callejero y nos lo comimos sentadas en lo que antiguamente era el Circo Máximo. Se conserva muy poco, únicamente siguen en pie la parte central o spina (alrededor de la cual corrian los carros de caballos), la pista (ahora cubierta de hierba) y poco más… Pero nos pareció el lugar perfecto para descansar y reflexionar sobre el legado de Roma.

Nos apetecía ir a ver la famosa Bocca della Verità, situada en un lateral de la cercana iglesia de Santa María in Cosmedin. Pero al llegar allí había tal cola de gente que únicamente quería posar metiendo la mano en la boca que nos fuimos. Justo enfrente hay dos de los templos mejor conservados de la ciudad, mucho más tranquilos y que nos parecieron bastante más interesantes que no hacer el borrego. El templete circular dedicado a Hércules Victor es el edificio de mármol más antiguo de Roma (año 15 dC) y a su lado está el templo de la Fortuna Viril.

Andamos luego junto al río Tíber y tomamos el tranvía hasta el centro para descubrir las plazas más famosas de Roma.
Campo de’ Fiori
El Campo de’ Fiori es el escenario a diario de un mercado popular lleno de delicias muy frecuentado por los romanos. Creado en 1456 sobre un prado florido por órden del papa Calixto III, lo rodean muchos edificios señoriales y establecimientos comerciales. La estatua de Giordano Bruno, quemado vivo en este lugar, domina el lugar y nos recuerda que lo que hoy es uno de los lugares de reunión y diversión de los romanos antes fue el lugar de las ejecuciones públicas.

Por algunas de las calles más bonitas y típicas de la Roma más auténtica dimos con otro lugar imprescindible.
Piazza Navona
La Piazza Navona es uno de esos lugares sin los que la Roma Barroca no se entendería. La plaza sigue el trazado del Stadium de Domiciano y está rodeada por muchos edificios notables. La preciosa iglesia de Santa Inés en Agona, el Palacio de la familia Pamphili y otros no hacen sombra a las fuentes de Bernini, que ocupan su centro.

La magia del agua y la piedra se unen para configurar uno de los rincones más bonitos de Roma.
El Panteón
Otro sueño hecho realidad, el Panteón de Agripa, tan perfecto, tan bien conservado fue uno de los hitos del día, a pesar de que estaba llenísimo. El edificio ha sobrevivido más de 19 siglos gracias a que se transformó en iglesia y de que nunca ha dejado de tener un uso público.

Su cúpula es una de las mayores obras de ingenieria de la antigüedad y hay que verla en todo su esplendor para hacerse una idea del dominio de la técnica que tenían los Romanos. No podía ni pestañear de la emoción… mientras el resto de la gente iba de un lado a otro haciendo ruido y tomando fotos, sin pararse a disfrutar de los detalles.

De camino a la Fontana di Trevi, pasamos por la Columna de Marco Aurelio, que recuerda las victorias del emperador romano contra los Germanos y los Sármatas en el Danubio.

Fontana di Trevi
Muy cerca, en una plaza increíblemente pequeña y abarrotada de gente, está la famosa Fontana di Trevi. Mundialmente famosa por la escena del baño de Anita Eckberg en La Dolce Vita, cada año miles de turistas van allí a lanzar una moneda para volver algún día. Nosotras cumplimos con la tradición después de admirar un buen rato la fuente barroca más importante de Roma, que tenía un lateral cubierto por andamios por obras…

Seguimos nuestro deambular romano hasta llegar a otro de los lugares más fotografiados de Roma.
Plaza de España
La plaza de España de Roma fue algo decepcionante. Quizás había tanta gente que era imposible subir sus famosas escaleras, quizás porque antes nos habían clavado 12 euros por un helado y estábamos indignadas… o quizás porque nos habíamos saturado, no nos pareció gran cosa 🙁

Así que descansamos un poco y optamos por callejear por algunas de las principales zonas comerciales de la ciudad, hasta que llegamos al Mausoleo de Augusto. Me hacía especial ilusión visitar el lugar pero estaba completamente vallado, cerrado y era imposible acceder tanto al edificio como al parque que lo rodea. Parece ser que hay planes para restaurarlo, pero de momento no se ha hecho nada al respecto. Y después de esta decepción, otra.

Quería ver el Ara Pacis, el Altar de la Paz que el Senado Romano dedicó a Augusto después de sus victoriosas campañas en Hispania y en la Galia. Encerrado en un controvertido museo de cristal del arquitecto estadounidense Richard Meier estaba cerrado…
Así que nos fuimos con la música a otra parte hacia otra de las plazas más conocidas de Roma, la Plaza del Popolo. Con su obelisco central y las iglesias gemelas en uno de sus extremos, al atardecer lucía preciosa.

Por la noche volvimos al mágico Trastevere para cenar y, antes de ir a dormir, paseamos junto al río Tíber donde se estaban celebrando conciertos y había muchísima actividad.

De vuelta al hotel nos equivocamos de autobús y vivimos una pequeña odisea para volver a la ciudad… Pero al final todo salió bien y pudimos recuperar fuerzas para descubrir El Vaticano el domingo por la mañana.
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20 comentarios en “Qué ver en un fin de semana en Roma (día 2)”
Increíbles ganas de volver a Roma!!! A mí el Coliseo me fascinó, para es decepcionante!!! Y la Fontana di trevi está tan escondido en una mini plaza que te chocas casi con ella, jajaja. Qué bonita ciudad! Cuando estuve hubo una cosa que no me gustó: la suciedad de calles y edificios, ¿sigue así? Un abrazo guapa!
Gracias por comentar, Marta! Pues la verdad es que no me pareció para nada una ciudad sucia… Sí que tiene algunos edificios que rozan lo decadente, pero creo que forma parte de su encanto… Vamos, que me gustó muchísimo y quiero volver ya!
Qué ganas de ir a Roma! Creo que es otro de tantos sitios en los que no podría parar de hacer fotos. Buen post.
Un abrazo 🙂
Me gustó tanto… Me quedo corta. Es maravillosa y creo que ya está al nivel (más o menos) de mi ciudad preferida: Edimburgo
Un abrazo enorme
I varem estar amb la meva mare un cap de setmana ja fa parell d’anys i Roma té racons preciosos!!! Molt bona entrada i explicació!!!
M’has fet recordar bons moments 😉
Un petunet
Núria
Me n’alegro molt d’haver-te fet recordar bons moments 😉 Roma és una ciutat preciosa i ja tinc ganes de tornar-hi.
Una abraçada
Este día fuiste a mi Roma favorita, qué ganas de volver me dan cuando te leo, jeje. Un saludito.
Oooh!!! Roma es maravillosa, la mires por dónde la mires… Y tiene rincones para todos los gustos.
Un abrazo y gracias por leerme!
Nunca me había atraído Roma en especial (bueno, sí, pero siempre hay ciudades que te llaman más que otras…) pero después de leer tus entradas creo que la disfrutaría mucho más, cuánta historia y qué envidia más sana! Lo del helado también nos pasó a nosotros en Florencia, 11 euros que nos dejaron con una cara de espanto que nos duró todo el viaje la broma jaja
Por cierto, yo soy de las que siempre tiene la cámara en las manos pero me resulta muy molesto cuando hay acumulaciones de gente echando fotos sin ni siquiera pararse a mirar lo que está delante suyo, pidiéndote incluso que te apartes para que puedan echar una foto… Agh, a veces es imposible disfrutar de según qué sitios 🙁
Ay… ¿qué me vas a contar de las aglomeraciones? Las odiooooo!!! Yo también voy siempre con la cámara en la mano y hago muchísimas fotos, pero antes estoy un buen rato mirando el sitio, disfrutándolo… y nunca en la vida le pediría a alguien que se apartara. En lugar de eso, siempre puedes buscar ángulos diferentes (que suelen ser más originales)…
Del helado, casi que mejor ni hablar. Se nos quedó cara de tontas y luego estuvimos indignadas buena parte del día. La cena nos salió más barata que los malditos cornettos… aaaargh!
Me alegro de que te hayan gustado los posts i que hayan despertado en ti las ganas de ir a Roma 😉
Ens encanten els teus viatges i com els expliques, és per això que t’hem deixat una petita sorpresa al nostre bloc en forma de reconeixement… 😉
http://www.quadernsdebitacola.com/2012/11/reconeguts-amb-el-premio-dardos.html
Per cert, una guia completísima de Roma per un cap de setmana!
Moltes gràcies Enric i Celia, tant pel premi com per les vostres paraules… El vostre blog m’encanta i és un referent…
Parlant de Roma, demà publicaré la darrera entrada del cap de setmana (el matí a Ciutat del Vaticà), i espero el vostre feedback!
Como dicen Enric i Cèlia, guía completísima. Una pena lo de piazza Espagna. yo cuando voy por ahí, siempre hay un día que a las 5:00am estoy en la calle, pasear por Florencia, Praga o París, sin gente, amaneciendo, haciendo fotos, viendo como la ciudad se levanta, es algo delicioso. Cuesta un poco, pero no te arrepientes… 😀
Muy chulo tu weekend en Roma
Saludos
Yo hace tiempo que me planteo eso de levantarse tan temprano para callejear mientras amanece aunque la única vez que lo hice fue en Londres hace varios años. Me gustó la experiencia, pero el sueño me puede 😉
Pues todavía no he estado en Italia ¡Hay que ir! Me encantan las fotos y me dan ganas de ir para allá. 🙂
Yo había estado sólo en Milán, cerca de Turín y un verano de ruta por Sicilia y hacía años que quería ir a Roma… Me encantó y ya es una de esas ciudades a las que no me importaría volver cada poco tiempo para irlas descubriendo paso a paso…
Gracias por tu comentario 😉
Mad About Memories: el segundo día de mi fin de semana en #Roma, visitando el #coliseo #Palatino #Foro y mucho más http://t.co/hOItFzY1Wl